Por Mariano Vázquez | El uruguayo Luis Almagro dejará un legado de desintegración y fragilidad en el ente que regula las relaciones entre las naciones de América. Su alineamiento servil a los intereses de Estados Unidos y al Grupo de Lima, el socavamiento obsesivo a la Venezuela Bolivariana y su aporte al golpe de Estado en Bolivia en noviembre de 2019, ya son parte de sus oscuros hitos.
Ahora se agrega una disputa sin precedente con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de la decisión del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de no renovar el mandato del secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão.
El comunicado de la CIDH es duro. Expresa “su más enérgica protesta; así como su alarma ante un grave embate contra su independencia y autonomía”. La renovación de Abrão para el periodo 2020-2024 ya había sido aprobada por la comisión en enero pasado y comunicada a Almagro.
El organismo encargado de la defensa de los derechos humanos en la región sostuvo que “rechaza todo tipo de interferencia al ejercicio de su mandato y, en particular, a su facultad de elegir, renovar y separar a sus funcionarios de confianza”. La OEA contrarrestó argumentando que existen “decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados”.
También te puede interesar: Las razones del Frente Amplio para expulsar a Almagro
Ante estos hechos, la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños (RESLAC), que reúne 44 instituciones de 13 países de la región, repudió que “de modo unilateral e intempestivo” Almagro decidiera “no renovar el contrato administrativo del secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, desconociendo la prórroga de su mandato definida por el pleno de la Comisión para el período 2020/2024”.
Objetó que “esta decisión afecta gravemente no sólo a la independencia y desempeño de la Comisión, sino también al conjunto de organizaciones que luchan por la defensa y vigencia de los derechos humanos en la región, para quienes la CIDH resulta en muchos casos el último recurso de justicia o de incidencia para proteger sus derechos, limitar o detener abusos, e impulsar intervenciones afirmativas”.
RESLAC calificó como “interferencia abusiva” esta decisión de Almagro, ya que “la autonomía e independencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos es uno de los pilares que fortalecen su legitimidad frente a la sociedad civil, las víctimas de violaciones de derechos humanos y los Estados”.
Asimismo, rechazó “esta injerencia e intromisión” en particular “a su facultad de elegir, renovar y separar a sus funcionarios de confianza”, al tiempo que reconoció el “trabajo desarrollado por la Comisión durante los cuatro años en que Paulo Abrao fue su Secretario Ejecutivo” sobre todo “en momentos especialmente críticos para el continente”.
También condenó esta decisión de Almagro que “profundiza sus posicionamientos públicos previos en favor de un sistema regional de derechos humanos alineado con los intereses de los poderes hegemónicos, y sesgado en sus intervenciones”.
En el último párrafo del comunicado la RESLAC informó que “en los últimos años ha mantenido un contacto permanente con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con su Relatoría de Memoria, Verdad y Justicia, tanto para informar sobre la situación de los sitios y espacios de memoria de la región, como para denunciar abusos y ataques, responder a convocatorias de la Comisión, participar de audiencias y sesiones, o colaborar en la construcción colectiva de herramientas de protección, como los Principios sobre Políticas Públicas de Memoria en las Américas”.
La RESLAC reúne 44 instituciones de 13 países (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay), que a su vez hacen parte de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, institución conformada por siete redes regionales en el mundo: África, Asia, Europa, América Latina y Caribe, Norteamérica, Medio Oriente, África del Norte y Rusia.
Son integrantes de la RESLAC por Argentina el Archivo Provincial de la Memoria, Centro Cultural por la Memoria de Trelew, la Comisión de Homenaje a las Víctimas de los CCD Vesubio y Protobanco, Museo de la Memoria de Rosario, Museo Sitio Memoria ESMA, Faro de la Memoria, Museo Internacional de la Democracia y Parque de la Memoria.
Por Bolivia, país que soporta un golpe de Estado, se destaca la presencia de la Asociación de Detenidos, Desaparecidos y Mártires (ASOFAMD).