Redacción Canal Abierto | “No soportamos más”. Así definen la situación del sector los productores nucleados en el Centro de Industriales Panaderos del Oeste (Cipod), una de las entidades que convocó a la protesta.

Se trata del segundo panazo en poco más de dos meses, y los reclamos siguen siendo los mismos: la suba en el costo de la harina y la escalada en las tarifas de servicios necesarios para la producción.

En diciembre del 2017 la bolsa de 50 kilos de harina costaba, en promedio, $ 300, mientras que hoy alcanza $ 450 y $ 600. En el caso del trigo, hoy el valor oscila entre los $ 5.000 y $6.000 la tonelada, cuando hace cuatro meses, costaba entre $ 2.500 y $ 3.000.

Esta fuerte suba en los costos de producción amplió la brecha en el precio del pan, que pasó de entre $34 y $36 en enero a entre $ 50 y $ 60 en la actualidad.

Al igual que en protestas similares, como los verdurazos, otra vez el Congreso de la Nación amaneció con largas colas de personas humildes a la espera de una porción de alimento.

Tarifazos que golpean a todos

El aumento en los servicios públicos viene haciendo mella en la economía de familias, industrias y comercios, profundizando así el proceso de crisis y recesión.

En promedio, desde diciembre de 2015 a la fecha, la electricidad acumuló un suba de 1394%. Es decir, una boleta que entonces era de $50, hoy abona $747.

Similar fue el incremento en el precio del gas, que desde la asunción de Mauricio Macri sufrió un aumento promedio del 1195%. Por poner un ejemplo, si en 2015 una factura de gas era de $150, hoy alcanzaría los $1942.

Estas subas siderales responden a una política de quita de subsidios y la libertad otorgada a las empresas de energía para multiplicar sus ganancias. En promedio, las firmas lograron en 2017 una suba del 772% en comparación con el periodo anterior.

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